IT en España

EXPERTAS OPINAN

La mayoría de los estudios coinciden en señalar que, para atraer el talento femenino al mundo digital, es necesario cambiar los estereotipos, hacer la tecnología más atractiva a las mujeres, y dar visibilidad a profesionales que sirvan de referentes para las jóvenes. Por eso, hemos preguntado a mujeres expertas en diversas áreas de la tecnología, y con una amplia trayectoria y reconocimiento en este sector, a qué retos se han tenido que enfrentar en su trayectoria vital, que pueden aportar las mujeres en este ámbito y cuáles son las iniciativas que pondrían en marcha para reducir la brecha de género en este sector. Estas son sus respuestas.

Experta Carmen Artigas

Carme Artigas

Experta en Big Data e Inteligencia Artificial. Embajadora de WiDS Madrid (Stanford University) y Cofundadora de Synergic Partners (Telefónica)

Carme Artigas es una empresaria y directiva española, reconocida experta en big data, inteligencia artificial e innovación tecnológica. Co-fundó en 2006 Synergic Partners, compañía pionera en Big Data a nivel europeo, que en 2015 fue reconocida como una de las 15 compañías líderes en Big Data a nivel internacional. La empresa fue adquirida por el Grupo Telefónica en noviembre de 2015. Carme ha ejercido como CEO de la misma hasta la total integración de la compañía en el Grupo Telefónica a finales del 2018. Desde enero del 2019 se dedica al asesoramiento estratégico de alto nivel y forma parte de distintos consejos asesores en empresas a nivel internacional, aportando su conocimiento en temas relacionados con la transformación digital, inteligencia artificial, big data, robotización, cambio cultural, etc.

En 2016 creó los premios Data Science Awards Spain para reconocer el talento analítico en España y fue reconocida por la revista de negocios norteamericana Insight Success como la única española entre las 30 directivas más influyentes y con mayor proyección internacional del mundo. Asimismo, la editorial especializada en tecnología O´Reilly Media la coloca entre las primeras mujeres del mundo en el negocio de los datos. Adicionalmente a su labor como ejecutiva, Carme es miembro del Data Innovation Network y miembro del Consejo Asesor Industrial del Data Science Institute de la Universidad de Columbia de Nueva York. También ha sido nombrada por la Universidad de Stanford (California) como embajadora en Madrid de la Conferencia “Women in Data Science (WIDS)”, que organiza desde hace tres años con el objetivo de visibilizar a la mujer en el entorno científico.

¿A lo largo de su carrera profesional se ha tenido que enfrentar a alguna barrera solo por el hecho de ser mujer?

Yo personalmente no. He tenido la suerte de trabajar en compañías multinacionales, americanas, suecas, donde había una situación de igualdad, y no he sentido ninguna discriminación en ningún momento. Lo que cuesta más derribar no son los sesgos formales sino los sesgos, digamos, inconscientes. Por ejemplo, normalmente somos muy malas en reclamar, esperamos siempre antes de pedir un ascenso. Y si tú estás manejándote en entornos masculinos donde los jefes son hombres, eso es un obstáculo.

En las compañías modernas donde existe otra jerarquía, donde se fomenta más el trabajo en equipo y se necesitan muchas inteligencias es donde la mujer encuentra menos barreras. En el tema de la mujer, como digo yo, la clave no es llegar al poder, es llegar a la antesala del poder, que son los ámbitos de relación donde se genera confianza, porque llega un momento en el que el siguiente paso para ascender no se basa en la capacidad sino en la confianza.

¿Por qué cree que no hay más mujeres en el sector tecnológico? ¿Es una cuestión de vocación o de falta de oportunidades?

Es un poco círculo vicioso. Se cumplen tres cosas: la falta de chicas en carreras técnicas, la falta de mujeres en puestos directivos en general y falta de mujeres directivas en empresas tecnológicas. Si vamos a la base y analizamos porqué llegan tan pocas chicas a las carreras técnicas, cuando las chicas son igual de buenas en matemáticas que los chicos hasta la Secundaria, vemos que a la hora de elegir no optan por carreras técnicas porque no tienen referentes. Cuando buscas mujeres de éxito, normalmente te las encuentras en ámbitos artísticos, sociales e incluso encuentras investigadoras del ámbito médico, pero pocas mujeres ingenieras. No hay ninguna compañía tecnológica de las "Big Five" liderada por una mujer. Incluso en Silicon Valley existe ese sesgo en las compañías tecnológicas, muy lideradas por hombres.

Por eso, tenemos que trabajar para que haya mujeres referentes y, sobre todo, para que las chicas vean en la tecnología una finalidad más acorde con sus intereses y valores. Es absurdo hoy en día separar los estudios de ciencias y letras, porque todo lo que va a venir de tecnología, ciencia de los datos, inteligencia artificial… tienen muchísimo que ver con el humanismo. Además, aunque trabajen como médicas, enfermeras o maestras van a tener incorporada la tecnología a su trabajo.

¿Qué habilidades o competencias son imprescindibles para poder desarrollarse profesionalmente en este sector?

En primer lugar, el pensamiento lógico, que es muy importante y lo va a ser todavía más. De hecho, cuando todas las escuelas están interesadas en que los niños aprendan a programar es para desarrollar su pensamiento lógico. Esto va a ser transversal a todas las profesiones. El 20% de los que hacemos ahora lo va a hacer una máquina. Todo lo que sea automatizable se va a automatizar. Cualquier decisión que ahora le toma a un ser humano menos de dos minutos la va a tomar una máquina. Automatizaremos cosas para que el resto de nuestra cabeza haga lo que las máquinas no pueden hacer, y que tiene que ver sobre todo con la creatividad, la empatía, la visión artística del mundo y también con la moral y la ética.

Y también será muy importante desarrollar el pensamiento crítico, que nos ayude a tomar decisiones, a calcular lo que es correcto, porque si lo tuviéramos tan claro lo haría un robot. Imagínate que un robot tuviese que decidir sobre el tratamiento del cáncer de una persona y se le programara para que fuera óptimo económicamente. Pues igual no le darían ningún tratamiento paliativo porque el gasto no va a ninguna parte… ¿Para qué? Si se va a morir no hace falta que le den ningún tratamiento paliativo. Pero el pensamiento humano no es así, no le dejarías sin tratamiento. Por eso, esas decisiones éticas van a ser importantes que las tome un ser humano.

En conclusión, yo diría que serán importantes las matemáticas, porque es la base de todas las ciencias, la filosofía, la ética, el pensamiento crítico, el pensamiento lógico, y luego ya todas las habilidades que necesitamos en este nuevo mundo: trabajo en equipo, capacidad de comunicación, empatía y creatividad. Para mí, éstas van a ser claves en cualquier profesión. Y muchas veces, desgraciadamente, ni el sistema educativo ni el ámbito profesional favorecen el desarrollo de estas habilidades.

Usted es una de las mayores expertas en datos que hay ahora mismo en Europa ¿Qué cree que pueden aportar las mujeres al mundo del big data?

Todo este nuevo mundo que se está diseñando ahora, se va a hacer en base a los datos y el análisis predictivo. No nos podemos conformar con tener solo un 20% de mujeres en carreras técnicas. Solo un 20% de influencer en el diseño del mundo que va a venir. No es ya que las mujeres no nos lo podamos permitir, es que la sociedad no se puede permitir que el 50% de la población se quede fuera del diseño del mundo que va a venir.

Ya hemos hecho muchas contribuciones, pero lo que sucede es que los datos son fácilmente manipulables por los sesgos. Si solo hay hombres blancos, con una determinada orientación sexual, religiosa y política en el mundo de la tecnología, esos sesgos van a ir llevándonos, inconscientemente, hacia un determinado camino. Lo que aportamos las mujeres es, sobre todo, hacer preguntas distintas, porque la clave de los datos es hacer las preguntas adecuadas.

Tendemos a pensar que los problemas complejos se resuelven con soluciones simples. Pues no, se resuelven con soluciones complejas. Y para tener soluciones complejas hay que tener múltiples inteligencias. Por eso, no se puede prescindir ni de la inteligencia de los hombres ni de la de las mujeres. Más que un tema de género se trata de un tema de diversidad y de bagaje cultural y moral.

En su opinión ¿Qué iniciativas deberían ponerse en marcha para reducir la brecha de género en este sector?

Un tema básico es cómo crear una mayor presencia de chicas en los ámbitos tecnológicos. Para mí la solución pasa por no separar tan pronto las ciencias de las letras y hacer currículum mixtos: no separemos en la Secundaria, ya llegarán a la carrera y decidirán lo que quieren hacer. También tenemos que conseguir que las chicas vean que hay referentes profesionales en todos los ámbitos, que puedan encontrar mujeres de éxito en cualquier profesión. Hay que hacer campañas de comunicación para que la mujer no sea solamente la chica que se pinta las uñas y toma el sol.

Y luego, tener también una cultura empresarial que permita que no sea solamente la mujer la que reclame un equilibrio entre el mundo profesional y el mundo personal. Cuando a mí me preguntan cómo he conciliado, yo respondo “igual de mal que un hombre”. Los hombres también han conciliado fatal, lo que pasa es que no se han quejado, porque tampoco les han enseñado a que se tienen que quejar cuando les ponen una reunión a las 10 de la noche y deberían estar en su casa bañando a los niños. Si el hombre no empieza a reclamar ese espacio solo es la mujer la que reclama. Pero esto está cambiando, porque ahora ellos son más egoístas y también están reclamando ese espacio personal. Cuando todo el mundo tiene la misma escala de valores, no hay tantas diferencias entre hombres y mujeres.

Y luego está el hecho de que en muchos entornos empresariales la mujer sufre lo que yo llamo “el efecto demasiado”: siempre somos demasiado algo… o demasiado jóvenes para un cargo, o demasiado viejas, o demasiado feas, o demasiado guapas, o demasiado ambiciosas. Hagas lo que hagas no está bien. Cuando la mujer reclama su valía es demasiado ambiciosa. Esa ambición siempre se pinta en positivo para un hombre, pero es negativo en la mujer. Son esos pequeños sesgos culturales los que nos condicionan todavía.

Experta Cristina Aranda

Cristina Aranda

Business Development en TAIGER y cofundadora de MujeresTech

Cristina Aranda es licenciada en Filología Hispánica y doctora en Lingüística Teórica y Aplicada por la UAM y el Instituto Universitario de Investigación Ortega y Gasset. Cuenta con más de 15 años de experiencia laboral en ámbitos como el marketing, el ecosistema de las startups y la transformación digital. Actualmente trabaja como experta en Desarrollo de Negocio en TAIGER, una de las empresas de referencia en nuestro país en el desarrollo de software e inteligencia artificial. Además de asesorar sobre diversidad en las STEAM a entidades públicas y privadas, Cristina pertenece a la "Mesa de Género" de la Secretaría de Estado de Agenda Digital y ha sido considerada por Business Insider Spain como una de las 25 personas más influyentes en tecnología en España. En 2015 fundó, junto a Sara Alvarellos y Pablo Rodríguez, MujeresTech, una asociación sin ánimo de lucro que tiene por objetivo promover iniciativas entre niñas, jóvenes, mujeres y hombres para aumentar la presencia femenina en el sector digital.

A lo largo de su carrera profesional ¿A qué barreras se ha tenido que enfrentar por ser mujer y cómo ha conseguido superarlas?

A muchas. Desde no cobrar lo mismo que mis compañeros hombres, no tener en cuenta mis opiniones frente a la de otros “gurús” o no promocionar porque ejecutaba muy bien, a otras muchas cosas que me han pasado o que he visto que les han pasado a compañeras. Mi receta para superarlas ha sido siempre creer en mí misma, intentar pasar desapercibida en entornos de mediocridad, y pensar siempre en retos futuros tanto formativos como personales. Como decía Machado "Hoy es siempre todavía".

¿Cree que los tiempos van cambiando o sigue existiendo un techo de cristal irrompible en este sector?

Desde que fundamos "MujeresTech" en el 2015 hasta ahora, sí que hemos comenzado a observar que tanto las empresas como las instituciones públicas están desarrollando políticas de diversidad e inclusión. Ahora bien, de ahí a que se estén notando dista mucho. Yo sigo sin ver que se pidan permisos de paternidad o que, por ejemplo, las empresas hagan públicos el rango medio de los salarios de hombres y mujeres para un mismo puesto. Los cambios sociales requieren que las personas que tienen la capacidad de tomar decisiones apuesten por ello. Fomentar la igualdad en otros ámbitos en necesario para crear una sociedad donde todos, mujeres y hombres, tengamos la misma igualdad de oportunidades.

También es cofundadora de MujeresTech, una asociación sin ánimo de lucro que tiene por objetivo promover iniciativas para aumentar la presencia femenina en el sector digital. ¿Por qué no hay más mujeres en el sector tecnológico? ¿Cree que es una cuestión de falta de vocación o de oportunidades?

Nuestra misión ha sido y es que haya más mujeres en el sector tecnológico, sean cual sean sus perfiles. De ahí que fomentemos la divulgación y las actividades conocidas como STEAM (Science, Technology, Enginieering, Arts and Maths). A lo largo de estos cuatro años hemos conseguido crear una comunidad de más de 400 niñas, #GirlsTech, gracias al apoyo de la Embajada de EE.UU. en España. Y hemos desarrollado más de 40 talleres sobre emprendimiento y divulgación tecnológica #TechTalks, dos de ellos en la cárcel de Alcalá Meco.

Para explicar la falta de mujeres en el sector recomiendo la lectura del "ibro Blanco de la Mujer en el ámbito tecnológico" que presentamos la mesa de género de la Secretaría de Estado de Avance Digital. En él se da cuenta de los numerosos factores cualitativos por los que las niñas no se interesan por la tecnología, que grosso modo son: falta de referentes en las aulas (apenas hay un 8% de mujeres en los libros de texto y un 11% en la Wikipedia) por lo que no se puede ser lo que no se ve; estereotipos sociales de asignación a género para determinadas tareas como cuidado, servicio, ejecución… para las mujeres, y liderazgo, valentía, estrategia... para los hombres.

Todo comienza cuando a una niña líder la llaman "mandona" y a un niño que expresa sus emociones "nenaza". Debemos "hackear" los estereotipos con los que somos educados. Para ello, recomiendo la canción "Depende de los 2". También hay falta de marketing a la hora de promocionar la tecnología entre las niñas. Con ella se puede cambiar el mundo, y a las niñas y las jóvenes les motiva mucho ver la aplicación de lo que estudian o crean. El mundo de la tecnología, y el mundo en general, serían mucho mejor si contase con el talento de todas y cada una de ellas.

¿Es necesario el talento femenino en el sector tecnológico? ¿Le daría una perspectiva diferente?

Cuando me formulan esta pregunta, siempre la hago sustituyendo "femenino" por "masculino" ¿A que resulta absurda la pregunta de por qué son necesarios los hombres en el sector tecnológico? El talento no es masculino ni femenino, al igual que la inteligencia, la valentía, la empatía… son inherentes a la persona. Debemos de quitarnos las etiquetas que nos diferencian, y que son todas aquellas que categorizan lo no diverso: un hombre blanco, de mediana edad, judeo-cristiano, heterosexual y sin discapacidad. Resulta que las personas que contamos con múltiples etiquetas de diversidad somos mayoría, y damos una visión más rica a todo lo que hacemos, porque tendemos a incluir a la otroriedad, que se dice en poesía. Son numerosos estudios los que demuestran que las empresas que cuentan con mayor diversidad e inclusión en sus equipos son más productivos. Siempre digo que, cuando a los managers se les dice que si apuestan por un indicador claro de éxito como es el de la diversidad van a ganar más dinero, y siguen sin apostar por él, es que no son tan buenos… Por desgracia, sigue habiendo más egosistemas que ecosistemas.

Participa en TechTalks, organiza talleres de design thinking, networkings, asesora al gobierno en la Mesa de Género... y además lleva muchos años trabajando en primera línea en este sector. ¿Qué hace falta o en qué aspectos se debería incidir más para acabar con los estereotipos que rodean al mundo digital?

Es necesario comenzar por cada persona, a "hackear" nuestros estereotipos, a desaprender aquellas asociaciones irracionales y erróneas vinculadas al género, que tanto daño están haciendo en nuestras niñas, jóvenes y mujeres. Para ello, siempre he propuesto una campaña mediática nacional donde aparezca una niña creando con tecnología y un niño con un bebé en brazos, donde aparezca el lema "Ella también crea. Él también cuida". Así como campañas en medios para evitar la cosificación de la mujer, evitar conductas como la de "la Manada". Al tiempo que las niñas refuercen su autoestima para hacer todo lo que se propongan. Y, por otro lado, ya he apelado y sigo apelando a los diferentes Ministerios para que realicen un proyecto común de actuación para el fomento de la tecnología en todos los ámbitos, en el educativo (INTEF), en el empresarial (Economía)... Me consta que muchas acciones pierden fuerza y recursos porque no existe un equipo de personas que conozca y coordine cualquier iniciativa pública.

Experta Cristina Ramos

Cristina Ramos

Directora de la Unidad de Procesos, Licencias y Tecnología en Técnicas Reunidas

Cristina se licenció en Química Industrial, rama de Ingeniería Química, en la universidad Complutense de Madrid en 2008. Ese mismo año se incorporó a la empresa en la que ha crecido profesionalmente, Técnicas Reunidas, una compañía dedicada a la ingeniera y construcción de infraestructuras del sector del Refino, Gas y Petroquímica en todo el mundo, que forma parte del IBEX35 y cotiza en la Bolsa de Madrid desde el 2006. Durante estos años ha trabajado como ingeniera de procesos, liderando y coordinando distintos tipos de proyectos ejecutados por la compañía. Desde el año 2012 ocupa la jefatura del departamento de Ingeniería Química, asumiendo además en 2014 la dirección de la Unidad de Procesos de la División Industrial.

¿A lo largo de su carrera profesional se ha tenido que enfrentar a alguna barrera solo por el hecho de ser mujer?

De forma general, podría decir que no, no soy consciente de haber tenido dificultades por el hecho de ser mujer. Eso no quiere decir que no hayan existido sin ser yo consciente de ello.

¿Qué habilidades o competencias cree que son imprescindibles para poder desarrollarse profesionalmente en el sector tecnológico?

Tener buena capacidad de análisis y síntesis, innovación, improvisación y ser práctico.

Dirigir un equipo de más de 250 ingenieros con más de un 60% de mujeres, y dentro de un sector tan masculino, es casi una rareza ¿Cómo ha logrado reunir a un grupo tan heterogéneo? ¿Se nota de alguna forma la diversidad a la hora de trabajar?

No he hecho nada específico para conseguir tan alto número de mujeres en mi grupo de trabajo. Si bien cuando empecé a trabajar en mi empresa hace 30 años, era anecdótico que hubiese una mujer trabajando como ingeniero de procesos, durante los últimos años ha habido muchas mujeres que han estudiado Ingeniería Química, con muy buenos expedientes académicos y que se han unido al grupo, primero como becarias y después han sido contratadas definitivamente por la empresa.

No hay diferencias a la hora de trabajar entre hombres y mujeres, hay ingenieros más y menos brillantes, más o menos eficientes, con competencias y capacidades diferentes, pero que no están ligadas al sexo, están ligadas a las personas. Trato de sacar lo mejor de cada uno de ellos y colocarlos en la posición más conveniente para la empresa.

Pero sí que hay hacer alguna puntualización relativa a diferencias, y es que cuando se requiere desplazar ingenieros a los países en los que construimos nuestras plantas, no siempre es posible desplazar mujeres, por lo que en esos casos deben de ser hombres los que se trasladen a las obras. No obstante, cuando el país y la cultura lo permite, nuestras ingenieras van a las obras igual y en las mismas condiciones que van los hombres.

Usted procede del mundo de la ingeniería ¿Por qué no resulta tan atractivo para las mujeres como otros sectores, a pesar de las oportunidades de empleo que ofrece? ¿Es una cuestión de falta de vocación o de oportunidades?

En el sector de la ingeniería existen oportunidades para todos, de hecho es un sector con gran demanda de personal. Entiendo que el que haya pocas mujeres trabajando en ingeniería (que por supuesto no es el caso de mi grupo), está ligado a las preferencias personales o su vocación.

¿Qué cree que puede aportar la mujer al mundo de la tecnología y la ingeniería?

La mujer aporta a estos sectores, en la medida que posea las capacidades idóneas para el mismo: capacidad de síntesis, de innovación y organizativa. Aunque dichas capacidades pueden residir por igual en hombres y en mujeres, me inclino a pensar que hay un gran número de mujeres con grandes capacidades organizativas, capaces de coordinar varias tareas de forma simultánea.

En su opinión ¿Qué iniciativas deberían ponerse en marcha para reducir la brecha de género en este sector o bien a nivel general?

Creo que es importante una labor de divulgación, a nivel de Educación Básica y Bachillerato, que haga crecer vocaciones en este sector. Cuando amas este trabajo como yo lo hago, visitar una refinería me resulta tan emocionante como ir al Museo del Prado.

No impondría medidas proteccionistas o de cuota que, además de poder resultar injustas para los hombres, nos pueden perjudicar a nosotras mismas, porque quien tienes enfrente se plantea si has llegado adonde estás por ti misma o por el hecho de tener la ventaja de ser mujer.

Experta Fuencisla Cremares

Fuencisla Cremares

Directora General para Google España y Portugal

Fuencisla Clemares es Licenciada en Empresariales y MBA por el IESE en el año 2000. Comienza su carrera profesional en McKinsey&Company, donde se especializa en marketing y en el asesoramiento a empresas de distribución. En 2007 se incorpora a Carrefour como Directora de Compras, liderando la estrategia comercial y la relación con los proveedores de la División de Casa-Hogar. Dos años más tarde, en 2009, se incorpora al mundo online como Directora de Retail y Bienes de Consumo para Google España. En 2016 es nombrada Directora General de Google para España y Portugal. Además de su labor por ayudar a las empresas en su crecimiento digital y a ser más competitivas en el mundo online, es destacable el interés de Fuencisla por resaltar el papel fundamental de la mujer, así como su empoderamiento, en el mundo tecnológico. Por ello, realiza una labor activa participando en foros y proyectos orientados a poner en valor el rol de la mujer en el ámbito online y en el liderazgo, así como la importancia que tiene la educación en este terreno.

Asimismo, compagina su labor al frente de la dirección de Google con actividades formativas, colaborando en el Programa Máster de IESE y como profesora en ISDI (Instituto Superior para el Desarrollo de Internet). Durante su carrera profesional, su labor ha sido reconocida por distintos medios e instituciones, habiendo recibido distintos premios como el “Premio Liderazgo Mujer Directiva 2017” de la Federación Española de Mujeres Directivas, Ejecutivas, Profesionales y Empresarias (FEDEPE). Fuencisla está casada y es madre de 3 hijos.

Su carrera profesional es muy amplia ¿A lo largo de ella se ha tenido que enfrentar a alguna barrera o hándicap solo por el hecho de ser mujer?

Si, la realidad es que sí. Me he movido en entornos y compañías que han sido creadas, desarrolladas y gestionadas mayoritariamente por hombres y, quieras o no, las reglas que se establecen son masculinas. Por eso, en ocasiones te encuentras con entornos donde el criterio de la mujer no se entiende bien o no es igual de efectivo. Muy a menudo a las mujeres les cuesta hablar y hacerse escuchar en entornos donde hay muchos hombres acostumbrados a coger más tiempo de representación. En esos entornos, a la mujer le es muy difícil hacerse escuchar, alzar su voz y compartir sus ideas.

Las mujeres buscan más un consenso, y si estás en un entorno empresarial demasiado masculino, a veces te acusan de que no eres capaz de tomar decisiones rápidas. Pero yo creo que buscar ese consenso, aunque lleve más tiempo, también te lleva a mejores decisiones de negocio, que además se implementan más rápido. Pero sin lugar a dudas para mí el elemento más crítico es la maternidad. Para la mujer que decide ser madre (que además le suele pillar en momentos álgidos a nivel profesional) es un hándicap, y hace que las cosas sean más complicadas, porque el proceso físico de un embarazo y un parto es duro. Y además, las prioridades cambian y es difícil conseguir un equilibrio.

¿Por qué no hay más mujeres en el sector tecnológico?

Es un problema bastante complejo. Primero, las mujeres no estudian carreras técnicas, y al final el sector tecnológico se alimenta en una proporción muy importante de gente con perfil técnico. La representación femenina en estas carreras no llega al 20% y, además, los números están cayendo. Se trata de un fenómeno global, no es solo en España. ¿Y por qué no estudian carreras técnicas? Aquí se juntan muchas cosas, como la falta de referentes. Creo que desde la industria tendríamos que hacer una mejor labor por explicar el impacto social que tiene la tecnología en la vida de las personas, que lo tiene y es muy positivo, pero tenemos que hacérselo llegar.

Por otro lado, las jóvenes no ven atractivas las carreras tecnológicas porque se imaginan que el día a día de estos profesionales consiste en estar rodeado de pantallas, solos con su teclado y todo el día programando. Y esto no es así. Hay gente que está trabajando en equipo, que está construyendo productos, que está resolviendo problemas francamente interesantes. Creo que tenemos que acercar la tecnología a las mujeres, mostrarles qué significa trabajar en esta industria y hacerla más atractiva para ellas.

¿Por qué no hay más mujeres en la alta dirección?

Las compañías tienen que revisar cómo reclutan, promocionan y desarrollan su talento. Muchas de estas políticas han sido creadas por hombres y, sin quererlo, están creando sesgos. Por ejemplo, nosotros hemos revisado cómo escribimos las ofertas de trabajo, porque comprobamos que cuando cambias tres o cuatro palabras haces mucho más atractivas esas ofertas para las mujeres. En las entrevistas es obligatorio que los paneles de entrevistadores sean diversos y haya siempre una mujer. Y en la parte de ingeniería trabajamos con las mujeres para animarlas a promocionarse, porque nos dimos cuenta que esperaban mucho más tiempo que sus compañeros para proponerse. Es importante revisar todos estos procesos, porque pequeños ajustes pueden marcar la diferencia.

También estamos trabajando mucho en asegurarnos de que tenemos lo que llamamos una cultura inclusiva. Una cultura donde hay flexibilidad laboral, donde se trabaja por objetivos, donde se mide de forma más objetiva el trabajo… Cuando las implementas te das cuenta que son tan beneficiosas para ellos como para ellas, y que además generan un efecto muy interesante: ves que los hombres que trabajan aquí también tienen mucha más corresponsabilidad en el hogar.

¿Qué cree que puede aportar la mujer al mundo tecnológico?

Nosotros tenemos muy claro que es más difícil construir equipos diversos, pero como aportan distintos puntos de vista y ponen diferentes perspectivas encima de la mesa, el resultado final es mejor. Como en Google estamos desarrollando productos y servicios que son para todo el mundo, necesitamos que la gente que está trabajando en el desarrollo de esos productos y servicios tenga presente a la sociedad a la que servimos. No podemos hacer productos sin tener la perspectiva femenina. Sin tener la perspectiva de diferentes razas, de distintas culturas, porque queremos que esos productos funcionen para todo el mundo. Por lo tanto, la mujer aporta un nuevo punto de vista, aporta riqueza y aporta a que las decisiones que tomamos en el día a día sean mucho mejores.

En su opinión ¿Qué iniciativas deberían ponerse en marcha para reducir la brecha de género?

Hay que poner en marcha una batería de acciones que trabajen a varios niveles: una cultura corporativa que sea mucho más inclusiva, que fomente esa flexibilidad orientada a trabajar más por resultados, y la revisión de absolutamente todas las políticas relacionadas con las personas, vigilando que no estén generando sesgos. Y no digo que se hayan diseñado para generar un sesgo, pero en la realidad si lo pueden generar. Y hay quizá una última iniciativa, que creo que ayudaría mucho, que es la transparencia. La transparencia en los números, poner objetivos, poner temas de acción y seguirlos. Eso es lo que nosotros estamos haciendo, y lo trabajamos como una iniciativa más de negocio.

Experta Gema Climent

Gema Climent

Neuropsicóloga. Fundadora de Nesplora

Gema Climent es licenciada en Psicología por la Universidad de Valencia, Máster en Neuropsicología Clínica por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) y Postgrado en Neuropsicología Infantil por la Universidad de La Rioja. Cuenta con una experiencia de más de 10 años en neuropsicología clínica como responsable en residencias, forense judicial y en evaluación y rehabilitación de daño cerebral. Ha trabajado en varias clínicas referentes en España, como especialista en evaluación de patologías neurológicas infantiles y de adultos, y en institutos de investigación. Es autora de cuatro test de evaluación neuropsicológica: AULA, AQUARIUM, ICE CREAM y SUITE, de un sistema de prevención del bullying, MONITÉ, y de un sistema de distracción del dolor y manejo de ansiedad, ISLA CALMA.

En 2008 fundó Nesplora - Technology & Behavior, la primera plataforma online de test de evaluación neuropsicológica en entornos de realidad virtual, considerada una de las 20 empresas más innovadoras de España. Desde entonces su investigación ha estado orientada a posibilitar la evaluación objetiva por medio de tecnologías innovadoras. Con Nesplora ha recibido múltiples premios a la innovación, al emprendimiento, a la calidad de la producción y a la investigación aplicada diferencial. En 2017 fue considerada como una de las 12 mujeres más innovadoras de Europa. También ha sido considerada una de las 50 mujeres más influyentes de Europa en tecnología por Forbes Women In Tech, y una de las 100 mujeres TOP líderes en España en Innovación en 2018. Ese mismo año recibió el premio WITSA mundial de tecnologías emergentes.

¿A lo largo de su carrera profesional se ha tenido que enfrentar a alguna barrera solo por el hecho de ser mujer?

Por el hecho de ser mujer sí, y también por el de ser madre, a pesar de todos los apoyos que he recibido siempre careces de referentes cercanos. La superación viene de otras mujeres, de encuentros donde vemos que a las demás nos pasa lo mismo, que nos sentimos malas madres o que siempre estamos en foros masculinos.

¿Qué habilidades o competencias cree que son imprescindibles para poder desarrollarse profesionalmente en el sector tecnológico?

Pues ser muy "friki" desde luego, que te gusten muchas cosas diversas y que entiendas que las ciencias son interdisciplinares. No es necesario saber programar o ser ingeniera, sino entender ambas funciones y profesiones, y conseguir que la otra parte te entienda a ti. La salud no se entiende hoy sin tecnología, ni la educación, ni ninguna ciencia, así que estamos condenados a entendernos.

¿Por qué no hay más mujeres dedicadas a esto? ¿Cree que es una cuestión de falta de vocación o de oportunidades?

De alguna manera creo que la sociedad nos dice que no es lo nuestro, que somos peores en matemáticas o en ingenierías. Y no es así. Parece que tengamos que dedicarnos siempre a carreras de atención y servicio a los demás, aunque todas lo son. Ha habido, y todavía hay, sectores muy masculinos, pero también en los que nosotras somos mayoría (psicología medicina...). Tampoco somos las referentes, son ellos los que destacan, por lo que no es sólo una cuestión de número, hay algo más.

Que una mujer funde una empresa de innovación, como ha hecho usted con Nesplora, no es lo habitual ¿Por qué no hay más mujeres dirigiendo proyectos innovadores?

No lo sé, yo cada vez veo más empresas con oportunidades e ideas novedosas que siempre tienen a una mujer en el equipo aunque no en la dirección. Puede que sea por el mismo motivo que comentábamos antes. En tecnología quizá nos dejamos más acompañar porque es un terreno que siempre ha sido muy masculino, por lo menos en cuanto a la visibilidad, que no la realidad.

¿Qué cree que puede aportar la mujer al mundo de la tecnología?

Lo mismo que los hombres: diversidad, cambio, entendimiento y atención a la personas. La tecnología está para hacernos mejores. Es cierto que puede ser peligrosa, pero como todo. La capacidad de rehacer el mundo y cambiarlo para mejor está ahora en manos de la tecnología y de la capacidad que tengamos de trabajar juntos.

En su opinión ¿Qué iniciativas deberían ponerse en marcha para reducir la brecha de género en el sector tecnológico o bien a nivel general?

Sobre todo que la maternidad no nos trunque la formación ni las carreras profesionales. La flexibilidad laboral para ambos progenitores, independientemente del género. Y, sobre todo, políticas igualitarias respecto al presentismo y los sueldos. Quizá tengamos una idea de que los empleos están cambiando por la fuerte entrada de las mujeres en el mundo laboral, pero creo que en general el mundo laboral está cambiando mucho, y tenemos que adaptarnos a estas y otras políticas de conciliación. Hasta hace muy poco en nuestra empresa las medias jornadas y los permisos por cuidados, curiosamente habían sido solicitados por hombres, quizá porque no se sentían presionados por hacerlo.

Experta María José Miranda

María José Miranda

Directora general de NetApp para España y Portugal

María José es licenciada en Informática por la Universidad del País Vasco, ha realizado el programa PDG (Dirección General) en el IESE y el programa de Directivo a Consejero también en el IESE, además de múltiples cursos de desarrollo directivo en IMD, Euroforum y Berkeley, entre otros. Cuenta con casi cuatro décadas de experiencia en el sector de IT, siendo su última posición Directora General de NetApp para España y Portugal. Ha desarrollado su carrera trabajando para multinacionales norteamericanas de tecnología como Oracle y Netapp y para otras españolas como Entel y Panda Security, y ha ocupado puestos de programación, consultoría y una larga carrera en ventas llegando a dirigir la subsidiaria de NetApp en Iberia hasta abril del 2019. Actualmente está enfocada en los Consejos de Administración y volcada en inspirar a chicas jóvenes que estudien carreras STEM.

¿A lo largo de su carrera profesional se ha tenido que enfrentar a alguna barrera solo por el hecho de ser mujer?

Las barreras explícitas o no, aparecen más en los puestos de dirección y sobre todo cuando quieres cambiar de trabajo y optar a puestos fuera de tu entorno o networking. Personalmente no siento que haya sido discriminada por ser mujer. Pero quizá sí que he tenido que trabajar más, demostrar más para llegar a donde he llegado. También hay una parte que es culpa nuestra, porque somos menos ambiciosas, a veces más inseguras… Tenemos que sentir que estamos 100% preparadas para acceder a una promoción. Creo que hay mucha mejora por parte de los empleadores y por parte de las empresas.

¿Qué habilidades o competencias cree que son imprescindibles para poder desarrollarse profesionalmente en este sector?

Una carrera STEM es muy deseable para trabajar en una empresa tecnológica aunque no es imprescindible. Una formación preferentemente universitaria te puede abrir también las puertas. El idioma inglés sí es imprescindible, hablarlo y escribir con fluidez. En cualquier caso hay que trabajar mucho, tener muchas ganas de aprender siempre (es un sector muy dinámico), saber trabajar en equipo y compartir, y tener buenas dotes para comunicarse.

¿Por qué no hay más mujeres en la alta dirección?

Creo que en España hay muchas más mujeres en la alta dirección de empresas de tecnología que en otros países. Como ejemplos: IBM, HP, Microsoft, Fujitsu, VMware, Google, Twitter, Facebook, Commvault, NetApp. Pero puede ser un modelo insostenible porque no hay suficientes mujeres en las bases, y muchas menos estudiando carreras STEM para crear cantera. Tenemos que poner todo el foco en animar e inspirar a las chicas jóvenes para que estudien tecnología.

¿Qué cree que puede aportar la mujer al mundo tecnológico?

En principio lo importante es la diversidad, porque hombres y mujeres tenemos mucho que aportar, pero podemos ver las cosas de forma diferente. De ahí que equipos diversos vean más puntos de vista, tomen mejores decisiones y resuelvan los problemas de una forma más efectiva. Por otra parte, la tecnología es cada vez más conceptual y más relacionada con el negocio, por lo que se van a ir adaptando más a los gustos de las mujeres, que normalmente optamos  por carreras más sociales.

En su opinión ¿Qué iniciativas deberían ponerse en marcha para reducir la brecha de género en este sector?

La principal está en la educación desde la infancia. A las niñas también le gustan los ordenadores y programarlos. Buenos orientadores en las escuelas que sugieran también a las niñas a estudiar matemáticas, ingenierías, etc. (creo que muchos formadores necesitan formación y reciclaje). Procesos de selección ciegos (para no condicionar el género). Dar visibilidad a los referentes femeninos en escuelas, redes sociales y medios de comunicación. Discriminar a empresas que tienen mayormente hombres para participar en eventos... (algo difícil pero posible). Exigir que en eventos, paneles, etc. haya siempre mujeres.

Experta Rocío Jiménez

Rocío Jiménez

Directora Corporativa de Tecnología y Operaciones en Bankia

Rocío Jiménez es Ingeniera de Telecomunicaciones por la Universidad Politécnica de Madrid. Desde 1992 ha mantenido vinculada su carrera al mundo de la tecnología, primero en Caja Madrid y posteriormente en Bankia. Empezó en Caja Madrid en el ámbito de Recursos Humanos y luego, en el año 2000 se pasó al mundo de los canales digitales, donde dirigió varios de los proyectos del "Plan Estratégico en Internet" que puso en marcha la entidad.

En 2012, ya en Bankia, se incorporó a la organización como Directora de Gestión de la Demanda de Proyectos Tecnológicos, lo que le permitió adquirir una visión global de los sistemas del banco, los del core bancario y los digitales. En 2017 pasó a dirigir el Desarrollo de Sistemas y desde noviembre de 2018 es la Directora Corporativa de Tecnología y Operaciones (CIO) de Bankia.

¿A lo largo de su carrera profesional se ha tenido que enfrentar a alguna barrera solo por el hecho de ser mujer?

Llevo 26 años trabajando en el mundo de la tecnología y he de decir que nunca he percibido ningún tipo de barrera por el hecho de ser mujer. Siempre me he considerado en igualdad de condiciones que mis compañeros, ya fueran hombres o mujeres.

¿Qué habilidades o competencias cree que son imprescindibles para poder desarrollarse profesionalmente en este sector?

Esfuerzo, autoconfianza y orientación al logro creo que son competencias básicas para desarrollarse profesionalmente en cualquier ámbito. Si a esto añadimos tener una mente abierta y una inquietud permanente por cambiar las cosas y adaptarse a los nuevos retos que se plantean de forma continua, tendremos la combinación perfecta.

Las mujeres, que tendemos a ser críticas y autoexigentes, tenemos que convencernos de que somos capaces de dominar el ámbito tecnológico en un contexto como en actual, el que en el que cambia la forma de relacionarnos, compra y vender, conducir... En resumen, la forma en que vivimos.

¿Por qué no hay más mujeres en el sector tecnológico? ¿Es una cuestión de falta de vocación o de oportunidades?

Creo que el problema viene desde la universidad. Un estudio de la Universidad Camilo José Cela publicado a finales de 2018 muestra que sólo un 4,2% de las adolescentes españolas de 15 años plantea dedicarse a alguna de las carreras STEM cuando sean adultas, frente al 12,10% de los chicos.

Profesionalmente el mundo de la tecnología está ocupado sobre todo por hombres. Hay pocas mujeres que sean referentes para las adolescentes en el momento de elegir ir a la universidad y animarse a estudiar una carrera tecnológica. Así, sigue sin incrementarse el número de mujeres que trabajan en este sector.

Por otro lado, todavía se mantiene el clásico estereotipo que marca a los tecnólogos como los clásicos “tíos y tías raros” que hablan en un idioma propio y de cosas difíciles de entender para el resto de las personas. Tenemos que infundir normalidad en la tecnología, hacer ver que está completamente unida a la vida cotidiana, explicar para qué sirve, qué podemos lograr, y hablar un idioma más sencillo y cercano.

¿Qué cree que puede aportar la mujer al mundo tecnológico?

Considero que la diversidad y el equilibrio son necesarios en cualquier sector, y el de la tecnología no es distinto. Diferentes formas de ser, de entender y de relacionarse enriquecen los puntos de vista y las culturas empresariales, y potencias sus capacidades y competencias.

En su opinión ¿Qué iniciativas deberían ponerse en marcha para reducir la brecha de género en este sector?

Iniciativas que animen a las adolescentes a ganar autoconfianza para estudiar una carrera STEM, que les ayuden a entender el impacto y la utilidad de la tecnología para evolucionar y cambiar nuestra forma de vivir.

En este sentido, diferentes empresas de este sector, como Microsoft, Google o Vodafone, ya han puesto en marcha programas para acercar la tecnología a la sociedad y dar a conocer mujeres de éxito que trabajan en este sector y que pueden actuar de referente para las nuevas generaciones.

Por otro lado, no creo en las cuotas impuestas pero, en los momentos en los que nos encontramos, considero que es obligatorio en las empresas potenciar la diversidad y buscar activamente candidatos mujeres y hombres en similares proporciones, aunque esto nos suponga un mayor esfuerzo inicial.

Experta Silvia Barrera

Silvia Barrera

Experta en cibercrimen y ciberseguridad. Jefa de Sección de Relaciones Internacionales en el Centro Nacional de Infraestructuras Críticas y Ciberseguridad (CNPIC) de la Secretaría de Estado de Seguridad

Silvia Barrera es Inspectora de la Policía Nacional en excedencia. Lleva más de 15 años dedicados a combatir el crimen y es una de las mayores expertas en ciberseguridad de nuestro país. En 2006 creó el grupo de redes abiertas de la Policía, que después dirigió como Inspectora, y ha sido jefa del grupo de investigación en redes sociales durante cinco años. También ha dirigido la Sección Técnica, el grupo de forense digital de la Unidad de Investigación Tecnológica durante tres años, donde participó en la investigación digital de investigaciones en casos de corrupción, tráfico de drogas, homicidios, desapariciones y otros casos muy relevantes dentro de la Policía Nacional, EUROPOL e INTERPOL. Su pasión por la investigación y el mundo del cibercrimen le ha llevado también a escribir dos libros: “Claves de la Investigación en redes sociales” y recientemente “Instinto y pólvora: La vida real de una inspectora de policía”, de carácter autobiográfico.

Ha sido soldado, inspectora de la Policía y consultora experta en cibercrimen y ciberseguridad antes de volver a la Administración, tres mundos muy masculinos ¿Se ha sentido discriminada por ser mujer en alguno de ellos?

Ciertamente, no. Aunque he tenido alguna diferencia con algún compañero o jefe que no terminaba de entender que las mujeres podemos ocupar puestos técnicos, casi nunca se me ha negado ningún foro, una invitación o alguna oportunidad en materia ciber, dentro y fuera del ámbito público. Es cierto que, por lo que he visto y vivido, estoy segura de que si hubiese sido hombre habría tenido más propuestas. Pero se me han abierto las puertas de muchos lugares, a nivel público y privado, gracias a mi trabajo y mi experiencia, y estoy muy contenta con mi recorrido. Pero estas barreras no son solo en los mundos en los que me he movido, ocurre en todos a diferentes niveles.

¿Por qué no hay más mujeres dedicadas a esto? ¿Cree que es una cuestión de falta de vocación o de oportunidades?

No lo sé. Hace 30 años quizás podíamos hablar de una falta de oportunidades o la existencia de desigualdades por el no acceso de la mujer al mundo académico o laboral por una cuestión social e histórica. Pero ahora, dejando de lado si accedemos o no a puestos directivos, las oportunidades y las posibilidades de elegir profesión son las mismas. A ninguna mujer se la obliga a optar por una profesión u otra. Tampoco creo que haya que decirles a las mujeres que estudien una carrera STEM porque sí. El año pasado cursé un máster universitario de seguridad informática y de todos los alumnos, unos 60, solo había tres o cuatro mujeres. Sin embargo, veías los másters de perfil humanístico y social y el porcentaje se invertía.

Quizás lo que no hay son referentes, y las mujeres que hay no han sido visibilizadas. Ahí sí puedo hablar en el plano personal. Muchas chicas me han escrito por redes o en persona diciendo que soy su referente, que veían el acceso al mundo militar o policial y el ciber muy duro y complicado, y se dan cuenta de que se sí se puede. Solo por eso, merece la pena toda esa labor de visibilidad. Cuando preparaba las oposiciones para Inspectora hace quince años, de 50 alumnos que estábamos en clase 12 éramos mujeres (de las que aprobaban 10). Y ahora que soy yo la que las imparte, tengo un porcentaje bastante mayor. Las personas necesitamos referentes a los que seguir. El mío era mi hermano, siempre lo fue, ingeniero aeronáutico. No elegí estudiar ingeniería, pero sí seguí sus valores.

¿Qué puede aportar la mujer al ámbito de la ciberseguridad? ¿Le daría una perspectiva diferente?

No creo que se trate de una cuestión de capacidad, sino de actitud. Somos diferentes en la forma de enfocar la vida, los valores, de afrontar los retos, resolver los problemas y asumir las responsabilidades. Eso puede que le dé un toque distintivo o diferente pero nada más. Yo no he aportado un trabajo diferencial al de mis compañeros, ni mejor ni peor, solo diferente. También es cierto que casi la gran totalidad de currículum que han pasado por mis manos han sido de hombres y no de mujeres, que ni siquiera consideraban un puesto técnico. Así que, tampoco es una cuestión de que no tengamos oportunidades.

Lleva 20 años luchando contra el cibercrimen ¿Hemos evolucionado algo en este tiempo o todavía andamos muy perdidos? ¿Los malos nos llevan mucha delantera?

Seguimos igual. El usuario de a pie, que no trabaja con la tecnología, sigue mostrando el mismo desinterés y pensando que nunca va a sufrir un delito o incidente de este tipo. Las empresas, sin embargo, están más concienciadas y poco a poco van tomando medidas. A nivel público se están adoptando buenas iniciativas, aunque todavía hay que reforzar mucho el perfil ciber en la Administración. Los medios de comunicación siguen haciendo las mismas preguntas que me hacían hace 14 años. Y los criminales han avanzado de forma exponencial, al unísono que los propios avances tecnológicos. Si ponemos eso en un gráfico, nos podremos hacer una idea de la dimensión de los avances tecnológicos y del poco avance a nivel usuario.

¿Cree que estamos bien ciberprotegidos en nuestro país? ¿A qué males tendremos que enfrentarnos en los próximos años?

Tenemos instituciones públicas como el CNPIC, el INCIBE, el CCNCERT y las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad que hacen una labor encomiable. Hay muy buenas iniciativas y profesionales muy formados pero hace falta tiempo para seguir reforzando estas estructuras y dedicar más medios técnicos y humanos. El cibercrimen es un modelo de negocio muy rentable que va a seguir creciendo. Además, los usuarios estamos cada vez más expuestos por terceros que cuidan de nuestra información, o por nosotros mismos, que vendemos nuestras intimidades tan alegremente en la Red.

Dentro de unos años, los avances digitales, la cifra de fugas de información, extorsiones, daños reputacionales, campañas de desinformación y desprestigio, ciberataques, malware e infecciones de equipos vulnerables será tan alta que tendrá que ser el propio usuario quien tenga que prevenir y detectar al máximo cualquier incidente y aprenderlo por su propia cuenta. Siempre lo he dicho, la Red rara vez da segundas oportunidades, y el que no aprende antes lo aprenderá después.

Experta Teresa Acha-Orbea

Teresa Acha-Orbea

Directora General de Wiko Iberia

Licenciada en Administración y Dirección de Empresas, Estrategia y Marketing por la Universidad de Navarra, y MBA en Deusto Business School. Comenzó su carrera profesional en 2004 en el departamento de Marketing de Telecom y Novatecno, donde ocupó varios cargos de responsabilidad. En 2014 llegó a Wiko como responsable del Área de Marketing y Ventas para España y Portugal. Durante los últimos años ha formado parte de un equipo en crecimiento, asentando su actividad en la península. Desde inicios de 2018 ocupa el puesto de directora general de Wiko Iberia.

¿A lo largo de su carrera profesional se ha tenido que enfrentar a alguna barrera solo por el hecho de ser mujer?

Muchas veces somos nosotras mismas las que nos ponemos las barreras, pensamos que estamos muy cualificadas para desarrollar una actividad o dirigir una empresa o pertenecer a un colectivo, pero no nos atrevemos a dar el paso final. Lo primero que debemos hacer es decir que sí, que podemos hacerlo, y  demostrar que lo sabemos hacer igual e incluso aportar una perspectiva diferente a la de un hombre.

Yo personalmente, cuando he trabajado en Europa no he sentido ninguna discriminación por ser mujer, he luchado contra mis propios miedos y he conseguido demostrar mi valía. En Asia, en India principalmente, en ocasiones me ha sido imposible trabajar correctamente por ser mujer y por la cultura del país. Solo apoyándome en mis compañeros locales he conseguido hacer un buen trabajo.

¿Qué habilidades o competencias cree que son imprescindibles para poder desarrollarse profesionalmente en este sector?

Es importante ser ágil porque es un sector que cambia cada día. Es impresionante echar la vista atrás cinco años y ver todas las cosas que han cambiado. También es importante entender y trabajar con el conocimiento de qué pasa en el mundo a nivel global, aplicando a nivel local la mejor estrategia.

¿Por qué no hay más mujeres en la alta dirección?

Es una pregunta que me hago muchas veces, escucho comentarios de todo tipo y tampoco lo tengo claro. Se está trabajando mucho en materia de conciliación, y creo que en pocos años veremos más mujeres en puestos de dirección. También es importante que las mujeres queramos ocupar estas posiciones hasta ahora ocupadas por hombres.

¿Qué cree que puede aportar la mujer al mundo tecnológico?

Hablamos de igualdad, ¿no? Entonces, lo mismo que un hombre. Dependerá de la forma de ser de la persona y de la manera de enfocar los negocios.

En su opinión ¿Qué iniciativas deberían ponerse en marcha para reducir la brecha de género en este sector?

Seguir trabajando en políticas de conciliación y formar y animar a mujeres con potencial a ocupar estos puestos.