RETOS DEL SISTEMA SANITARIO
Dicen los expertos que el estado de buena salud del que habíamos gozado en los últimos años en la sanidad española se encuentra ahora mismo en una fase de deterioro y colapso. Y que esta situación seguirá empeorando en el futuro si no se realizan profundos cambios en el sistema. Señalan como principales enemigos: el déficit presupuestario, la falta de liderazgo en el sistema sanitario público y la demanda creciente de una población cada vez más envejecida.
Como causantes de este empeoramiento, los profesionales consultados en un informe elaborado por Philips “Future Health Index España 2017” coinciden al señalar una serie de factores locales que han de sumarse a las tendencias globales: la descentralización del sistema sanitario español, la falta de inversión, la tensión presupuestaria posterior a la crisis económica y la escasa adopción de nuevas tecnologías para investigación y prevención. Estos factores, consideran, son los principales aspectos que ponen en peligro la sostenibilidad del sistema y su accesibilidad en el país.
El área más perjudicada en la actualidad es la atención por especialistas, seguida de la atención primaria
Dentro de las distintas áreas del sistema sanitario, la más perjudicada en la actualidad es la atención por especialistas, seguida de la atención primaria. Sobre todo por las largas listas de espera, la sobresaturación de los servicios y la falta de recursos en el área de prevención. Consideran la inversión en prevención como clave para reducir la saturación de la estructura sanitaria en su conjunto.
El área que más fortalezas presenta es la atención hospitalaria, debido a la gran red de hospitales que hay en el país, a la calidad de la formación de los profesionales y a la excelencia de algunos ámbitos específicos como el de los trasplantes.
En cuanto a la asistencia, creen que nuestro sistema sigue siendo muy bueno a la hora de ofrecer diagnósticos adecuados, pero flojea en el apoyo a la recuperación de los pacientes en el hogar. Sobre esto, los especialistas ven un amplio margen de mejora en el futuro gracias a la adopción de tecnologías de teleasistencia.
Para hacer frente a esta situación es vital gestionar la sanidad en busca de la eficiencia, realizando una evaluación rigurosa del coste-efectividad de las tecnologías. Priorizando las que rebajen los costes y aumenten la eficiencia del sistema, como por ejemplo la telemedicina.