RETOS EN SOSTENIBILIDAD Y MEDIO AMBIENTE
La economía circular ofrece una gran oportunidad para transformar nuestra economía y también nuestra sociedad. Según la OIT, las iniciativas de desarrollo sostenible marcadas por gobiernos y organismos internacionales generarán hasta seis millones de puestos de trabajo en todo el mundo en los próximos diez años. Pero para alcanzar esta transición hacia un mundo más verde, todavía hay que hacer frente a muchos retos: reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, frenar el cambio climático, alcanzar la neutralidad energética, hacer un uso mucho más eficiente de los recursos naturales y las materias primas,... Todo ello, con la innovación, la investigación y la educación ambiental como palancas del cambio.
Si algo nos ha demostrado la crisis sanitaria que vivimos es la fragilidad de nuestro mundo, y de los sistemas económicos y sociales en los que nos apoyamos actualmente. La pandemia ha acrecentando aún más las desigualdades y los problemas que ya existían, pero también nos ha hecho más conscientes de la necesidad de vivir de forma más sostenible. Para muchos, el único futuro posible estará basado en una economía circular que se centre en la reutilización de materias primas y recursos, que proteja nuestro ecosistema, que permita tener ciudades seguras y sostenibles, que relance la vida en el mundo rural, y que provea a todos de trabajos decentes, donde estén presentes la igualdad de género y la conciliación.
El marco internacional ya está definido. El Acuerdo de París alcanzado en 2015 bajo la Convención Marco de Naciones Unidas para el Cambio Climático, el desarrollo de sus reglas en Katowice (Polonia) y la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, marcaron el inicio hacia ese desarrollo sostenible que conllevará la transformación del modelo económico y social de nuestro planeta. El Acuerdo de París establecía como objetivo global mantener el incremento de la temperatura media por debajo de los 2°C respecto a los niveles preindustriales (incluso si era posible, por debajo de 1,5°C), asegurar la coherencia de los flujos financieros con el nuevo modelo de desarrollo, aumentar la capacidad de adaptación a los efectos adversos del cambio climático, y la resiliencia de los países para afrontar cualquier perturbación o impacto.
Para muchos, el único futuro posible estará basado en una economía circular que se centre en la reutilización de materias primas y recursos, que proteja nuestro ecosistema, que permita tener ciudades seguras y sostenibles, que relance la vida en el mundo rural, y que provea a todos de trabajos decentes, donde estén presentes la igualdad de género y la conciliación
Para alcanzar estos objetivos, la Unión Europea puso en marcha en diciembre de 2019 el llamado Pacto Verde Europeo "The European Green Deal", que establece una nueva estrategia para transformar la Unión Europea en un continente próspero, con una economía moderna y ecoficiente. Para convertir este compromiso político en una obligación jurídica, la Comisión propuso en marzo de 2020 una “Ley del Clima” europea que en estos momentos está en trámite, y cuyo objetivo principal es hacer de Europa el primer continente neutro climáticamente en el año 2050.
En España, la crisis sanitaria provocada por la COVID-19 ha puesto de manifiesto la necesidad de acelerar esta transición ecológica, convirtiéndola en un elemento clave en la fase de nuestra reconstrucción. El "Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia" presentado por el Gobierno en octubre de 2020, en línea con la Agenda del Cambio, la Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas, movilizará en los próximos tres años el 50% de la financiación que nos proporcionará Europa (72.000 millones de euros entre 2021 y 2023) a través del Plan Next Generation EU, el fondo de recuperación europeo. Un 37% del total del Plan se destinará a inversión “verde” y un 33% a digitalización.
Objetivos de desarrollo sostenible (ODS)
En 2015 los 193 países miembros de Naciones Unidas suscribieron un acuerdo universal para poner fin a la pobreza, proteger el planeta y garantizar que todas las personas gocen de paz y prosperidad para 2030. Así nacieron los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Una estrategia conjunta que se articula en 17 puntos, y que son la continuación de los ODM (Objetivos de Desarrollo del Milenio), iniciados en el periodo 2000-2015 con el mismo propósito, aunque más orientados a países en desarrollo.

Fuente: Naciones Unidas. Objetivos de desarrollo sostenible. www.un.org/sustainabledevelopment/es/objetivos-de-desarrollo-sostenible/
Los diecisiete objetivos y 169 metas que Naciones Unidas presentó en 2015 se han convertido en el principal referente para las políticas europeas y nacionales en materia de desarrollo sostenible para cumplir con la Agenda 2030. Entre los llamamientos que incluyen los ODS hay varios dirigidos a implantar y avanzar en las políticas de Economía Circular, de forma que se garanticen y promuevan modalidades de consumo y producción sostenibles; la protección, restablecimiento de los ecosistemas terrestres y marinos y la promoción de un uso sostenible de los mismos; lograr ciudades inclusivas, seguras, resilientes y sostenibles; y adoptar medidas urgentes frente al cambio climático y sus efectos.
En noviembre de 2020 la Red Española del Pacto Mundial, junto con la Secretaría de Estado para la Agenda 2030, lanzó una consulta a más de 1.900 empresas españolas. Su objetivo era conocer el grado de implantación que tienen esos objetivos en el conjunto del sector empresarial español, y recoger las aportaciones y compromisos de las empresas respecto a la Estrategia de Desarrollo Sostenible 2030 (el marco para la acción durante los próximos diez años para implementar los ODS de Naciones Unidas en España).
Casi todas las grandes empresas (97%), y un 95% de las empresas públicas, ya conocen la Agenda 2030, alrededor de un 78% de las pymes también, así como el 56% de los autónomos. Entre los ámbitos que la Estrategia de Desarrollo Sostenible 2030 debería priorizar, las empresas consideran que la lucha contra el cambio climático es el más relevante (44%), seguido por la lucha contra la corrupción (34%), el fomento del consumo sostenible (25%), la igualdad de género y la conciliación (24%).
Ámbitos que la Estrategia de Desarrollo Sostenible 2030 ha de priorizar
Fuente: Red Española del Pacto Mundial de Naciones Unidas.
Un 89% de las empresas públicas, el 66% de las grandes empresas, el 61% de las pymes y el 40% de los autónomos consultados ya tienen implantadas medidas relacionadas con los ODS en sus negocios. El top 5 de ODS que más se están trabajando en las empresas son: la igualdad de género (ODS 5), la salud y el bienestar (ODS 3), lucha contra el cambio climático (ODS 13) y el empleo decente (ODS 8).
Por tamaño de la empresa, las grandes compañías han implementado más medidas en los ámbitos de la sostenibilidad en comparación con las pymes y autónomos. Destaca especialmente que el 63% de las grandes empresas midan su huella de carbono frente al 18% de pymes y el 5% de autónomos.
Entre las medidas más comunes destaca la de contar con una política de sostenibilidad y con políticas medioambientales (el 47% y el 50% de las empresas consultadas, respectivamente). Sin embargo, todavía tienen dificultades para pasar del compromiso a la acción: solo el 27% forma a sus empleados en ámbitos de la sostenibilidad y únicamente el 28% mide sus emisiones de CO₂.
Fomento de la economía circular
Nuestro sistema lineal de producción y consumo no ha cambiado desde la primera revolución industrial, y todavía se basa en la extracción de materia prima, la producción de bienes, el consumo y la generación de residuos. Bajo las pautas de “usar-consumir-tirar” este modelo conlleva un uso intensivo de los recursos naturales y un alto gasto energético, además de la generación de ingentes cantidades de residuos en vertederos, lo que supone la emisión de gases de efecto invernado que contribuyen al cambio climático, y que nos ha llevado hasta la crisis ambiental que atravesamos.
Para dar respuesta a esta situación, la comunidad internacional está impulsando el cambio progresivo hacia un nuevo modelo de Economía Circular que se centra en la optimización de los recursos, materias, productos y servicios disponibles, para que mantengan su valor en el conjunto de la economía durante el mayor tiempo posible, a la vez que se reduce al mínimo la generación de residuos. Este cambio hacia una Economía Circular implica otros grandes desafíos sociales como la transición de lo analógico a lo digital, un uso más eficiente de los recursos naturales y las materias primas, frenar la degradación de los ecosistemas y la pérdida de biodiversidad.
Pasos que dan forma a una economía circular

Fuente: Parlamento Europeo.
Según cita la OIT en su Informe "Perspectivas Sociales y del Empleo en el Mundo 2018", la nueva economía circular puede crear hasta seis millones de puestos de trabajo, si se abandona el actual modelo basado en extraer, fabricar, utilizar y tirar, y se fomenta el reciclaje, la reutilización, la renovación, el alquiler y una mayor durabilidad de los bienes. Las proyecciones realizadas por la Fundación Ellen MacArthur, el Foro Económico Mundial, la Comisión Europea y la AEMA coinciden en señalar que en Europa puede generar un incremento adicional del PIB europeo de un 0,5 % e incorporar 700.000 nuevos puestos de trabajo de aquí a 2030.
La primera medida que llevó a cabo la Comisión Europea fue en 2015, creando el Plan de Acción de la UE para una Economía Circular, un programa de medidas legislativas que cubre todo el ciclo de producción y consumo y que amplió en 2018. En España no se ha desarrollado una estrategia nacional hasta junio de 2020, fecha en la que se aprobó la primera Estrategia Española de Economía Circular para reducir la generación de residuos y mejorar la eficiencia en el uso de recursos. Hasta ese momento, lo más próximo a ello era el Plan Estatal Marco de Gestión de Residuos (PEMAR) y la Estrategia española de Bioeconomía Horizonte 2030. A nivel autonómico cinco Comunidades Autónomas (Cataluña, Extremadura, Galicia, Murcia y País Vasco) ya cuentan con una Estrategia de Economía Circular. Castilla La Mancha es la primera que ha legislado esta cuestión, publicando una Ley de Economía Circular, y el resto de comunidades están desarrollando estrategias o cuentan con programas de desarrollo sostenible.
Objetivos de "España Circular 2030"

Fuente: España Circular 2030. Estrategia Española de Economía Circular. MITECO.
La Estrategia, denominada “España Circular 2030” marca objetivos para esta década que permitirán reducir en un 30% el consumo nacional de materiales, recortar un 15% la generación de residuos respecto a 2010, reducir la generación de residuos orgánicos en toda cadena alimentaria, incrementar la reutilización y preparación y mejorar un 10% la eficiencia en el uso del agua. El objetivo es conseguir una economía sostenible, descarbonizada, eficiente en el uso de los recursos y competitiva, situando las emisiones de gases de efecto invernadero del sector residuos por debajo de los 10 millones de toneladas en 2030. También identifica seis sectores prioritarios: construcción, agroalimentario, pesquero y forestal, industrial, bienes de consumo, turismo y sector textil y confección.
Esta estrategia pretende ser uno de los elementos clave de la Economía Circular en nuestro país, además de actuar de palanca para la recuperación económica tras la crisis sanitaria del COVID-19. También se espera que ayude a alcanzar el objetivo de neutralidad climática para el año 2050 que se incluye en el proyecto de Ley de Cambio climático y Transición Energética. Y se enmarca dentro de las iniciativas internacionales en materia ambiental, como la Agenda 2030 para el desarrollo sostenible o el Acuerdo de París sobre el cambio climático.